Durante muchos años, la poesía para mi, se redujo a escribirse por y para el primero de mis amores. Era él mi musa, mi lector, mi destinatario…Era él mis palabras, mis letras y mis llantos.
La melodía de las canciones nadie la creaba tan bien como él, la razón y la verdad por encima de todas las acciones…todo lo tenía él.
Y yo no tenía nada. A su lado era pequeña, insignificante, no era si quiera rara. Era normal, mediocre y con mente sentada.
Durante años, y lo descubro ahora, he estado tan cohartada, durante largos y duraderos meses… me he encontrado apartada, parada, callada, minimizada, nimiedizada…
Es leyendo viejos textos cuando descubro, que la ceguera del amor me secó de mi, me sacó de mi.
Y en algunos de mis escritos hasta averguenzo, al releer aquellas sandeces, que sacaba de falsos cuentos. Hoy recopilo todo poema, todo martirio… Pero no lloro, ni añoro, solo me apeno, porque con vendas y maniatada tanto imploraba, necesidades que no tenía, que se imponían, por un amor que con él “libre” se me vestía…
Y ya no hay nada.
Elena
Hoy