El precio que humilla

¿Qué vale la vida humana?,
no es nada
independientemente de serlo todo,
el animal que como,
la planta a la que se da vida,
las letras en el aire escritas.

Sin un precio justo cada día se le impone uno,
no está clara esta hipótesis que formulo,
es sinónimo de esclavitud,
de no atender a la inquietud,
facilidad para gobernar,
orgullo de molestar.

Convertidos en objetos concretos,
obligados al uso de monederos,
piezas de un puzle que no encaja,
unos  pocos haciendo caja,
ciclos androcéntricos del espectro,
siguiendo este linaje recto,
bastardos nacidos de las estrellas
ajenos a la rosa pura y bella.

Apaga el despertador,
es el sonido del madrugador,
a la calle baja,
camina al filo de la navaja,
trabajar dignifica,
ya se sabe lo que esto significa,
hoy en día ni para un café da,
así es la legalidad,
sueldos de risa,
oficios sin sonrisas.

¿Eres feliz en este penal,
o solo un súbdito con horario laboral?,
normalidad establecida,
afinidad desvanecida,
es el precio de hipotecar una vida,
las horas que la jornada laboral pida
para no llegar a fin de mes,
para morir envuelto en estrés.

H.D.

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